Depresión, el enemigo silencioso al que no estamos prestando (suficiente) atención.
La pandemia actual agravó la situación en cuanto a salud mental, por eso urge atender este tema.
Los seres humanos somos animales sociales, lo cual ha quedado de manifiesto en las formas de contacto que hemos desarrollado durante el año pandémico, como las videollamadas, el home office o el uso de material de protección hasta para saludar o abrazar a otra persona.
Sin embargo, las recomendaciones médicas a nivel mundial han llevado el contacto humano hasta lo mínimo o incluso anularlo con el fin de cortar las cadenas de contagio, lo cual ha llevado a una buena parte de la población a extremos de tristeza y depresión al no poder ver, hablar o abrazar a sus familiares, o incluso, despedirse de ellos.
Pero si a esto sumamos demás factores como economía, adicciones y entornos familiares rotos, encontramos un caldo de cultivo para enfermedades mentales como la depresión que rozan peligrosamente en los intentos de suicidio y en muchas ocasiones, terminan en la muerte del paciente por su propia mano.
En el estado de Yucatán se mantiene una de las cifras más altas de suicidios relacionados con la depresión en todo México, principalmente en poblaciones del interior, así como en la zona conurbada de Mérida, donde la economía es considerablemente menor. En años anteriores, se producía un caso cada 45 horas, pero durante el año de pandemia y el actual el tiempo se redujo a 32 horas. Para mediados de abril de 2021, es decir, en el primer cuatrimestre del año, se contabilizaron entre 71 y 78 suicidios en todo el estado, principalmente en hombres jóvenes.
En gran parte de estos casos confluyeron factores como la economía, adicciones, problemas familiares, abandono, violencia o negligencia familiar al abandonar al paciente creyendo que se trataba de “solo una fase”, según sus palabras. Aunado a la pandemia, que hizo disminuir el ingreso familiar o bien, que provocó la muerte de un familiar cercano del suicida, el panorama en Yucatán es alarmante.
La atención a la salud mental es esencial para la detección oportuna de posibles padecimientos, a través de psicólogos y psiquiatras, quienes pueden determinar la gravedad de cada caso y el suministro de medicamentos, en caso de ser requeridos. Una consulta oportuna puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, por lo que si usted cree estar en un proceso depresivo o conoce a alguien que esté en uno, contacte a sus autoridades locales para canalizar de inmediato y así salvar una vida.